La casa no se empieza a construir por el tejado

A pesar de la buena fe y esfuerzos del gobierno la Paz Total con el Estado Mayor Central-Farc y el Eln, y con los demás grupos en armas, algunos estrictamente criminales, no encuentra una ruta clara para cristalizarse exitosamente. El tiempo avanza y el capital político del Presidente se desgasta.

Un horizonte inmenso se abre cuando se piensa en Paz Total, y se hace aún más grande cuando se refiere a un propósito tal buscado para un país como Colombia. Por eso es que el proyecto de Paz concebido por el presidente Gustavo Petro dejó a muchos sorprendidos cuando lo formuló en el discurso inaugural del mandato. Y sorprendidos porque, como es sabido, Colombia es un país azotado por toda clase de transgresiones jurídicas, sociales, políticas o simplemente delincuenciales, donde las distintas modalidades como las de “crimen organizado de alto impacto “ llegan a mezclarse de tal manera que no es posible, ni siquiera a veces, determinar de qué tipo se trata. Así que la propuesta del Presidente despierta una expectativa del mayor calado.

La iniciativa presidencial encuentra su expresión en la Ley 2272 de 2022, que sometida a control constitucional logra pasar el examen de la Corte, con modificaciones de no poca importancia y consecuencias relevantes, como se verá más adelante.

Lo sorpresivo, novedoso y arriesgado del propósito presidencial lo constituyó el hecho de que la ley buscaba, tal y como lo indica su nombre, la Paz Total, y con ello, que cesara en el territorio nacional toda expresión de violencia, por lo cual el gobierno metió en un mismo saco y al mismo tiempo a grupos armados organizados de carácter político y a grupos criminales, unos de calado nacional y otros de simple presencia local y focalizada.

Un objetivo inmenso que, para hacerse realidad, conlleva mejorar la situación de los sectores más pobres y excluidos, los mismos que han sufrido de la peor manera la violencia a lo larga de décadas. A la par de desprevenir y ganar el favor de la opinión pública, tan escéptica cuando de paz se trata, así como de quebrar los formatos de negociación hasta ahora conocidos, como puede deducirse de la vía hasta ahora recorrida con las insurgencias, acordando y llevando a los territorios los acuerdos alcanzados en las Mesas y que los impliquen.

Pero, así como la ley daba vía libre a un mar de posibilidades también daba vía a un océano de dificultades. La primera de ellas emanó de las entrañas del mismo Gobierno. En efecto, pronto asomó encarnada en la improvisación: de hecho, sonaron muchas alarmas cuando el ministro Álvaro Leyva declaró que la paz no es una partitura de música clásica en la que todo está organizado, la Paz Total es como una pieza de jazz que se construye improvisadamente. Improvisar, un método arriesgado, más aún cuando son tan diversos y de motivaciones opuestas las agrupaciones y grupos que deberían ser atendidos en las múltiples Mesas de negociación por instalar. Improvisación que deja ver sus debilidades desde las ‘primeras de cambio’, como quedó claro cuando el presidente Petro anunció el 31 de diciembre del 2022 un cese bilateral de fuegos con cinco organizaciones ilegales, entre ellas el Eln, acuerdo desmentido de inmediato por esta guerrilla. Este suceso, de amplio eco nacional, le restó credibilidad al proceso pues dejó en evidencia que es el propio Presidente quien, tal vez afanado por réditos políticos aún no cosechados, improvisa.

La complejidad de un proceso de paz, por todo lo que ello implica, exige que se despliegue una minuciosa preparación, que abarque todas las variables posibles en juego para que, de presentarse hechos sobrevinientes, se sepa cómo enfrentarlos y así evitar palos de ciego.

Según el documento “Colombia ante la Paz Total de Gustavo Petro”, elaborado por Eduardo Pastrana Buelvas y Andrés Valdivieso Collazos, de la Universidad Javeriana el primero y de Colciencias el segundo, “las denominaciones y caracterizaciones del programa de Paz Total han sido muy generales, indeterminadas o poco específicas, lo que ha promovido contradicciones políticas en cuanto a su alcance o a sus posibles implementaciones prácticas”. En otras palabras, y como primer aspecto crítico, la improvisación pasa factura y rápido, cobrándola además con un elemento precioso: el tiempo.

La segunda gran dificultad del proceso tiene que ver con la aspiración a negociar con grupos disímiles: unos de naturaleza política y otros alejados de ello, lo que exige una muy estructurada y fortalecida oficina oficial de paz para atender la diversidad y contradictoria agenda que implican las diversas Mesas por instalar.

Desde el punto de vista jurídico y acerca de mezclar peras y manzanas, importante es el salvamento de voto del Magistrado Ibáñez Najar respecto de la sentencia que declaró exequible la ley 2272 de 2022, cuando pone de presente que debe tramitarse una reforma constitucional para poder asimilar un proceso de paz con un proceso de sometimiento a la justicia, ya que son distintos y tienen su propio marco constitucional y legal.

Una vez expedida, la Ley 2272 de 2022 pasó a control constitucional. Si bien la Corte Constitucional la declaró exequible, le salió al paso a dos aspiraciones del Presidente, que tocan la competencia de las ramas legislativa y la judicial. Respecto a la legislativa consideró la Corte que los términos en que se daría el sometimiento a la justicia debían ser consagrados previamente en una ley, cuya expedición es, obviamente de competencia del Congreso. Esta ley regulará el marco preciso dentro del cual se llevarán a cabo las negociaciones con los grupos que la ley 2272 de 2022 ha llamado ‘estructuras armadas organizadas de crimen de alto impacto’, ley sin la cual no es posible llevar a cabo la negociación con estos grupos.

En lo que atañe a la rama judicial, las solicitudes de suspensión de órdenes de captura procederán únicamente cuando se cumplan ciertas condiciones. Las órdenes de captura son actos de la jurisdicción penal y por tanto reservadas a las autoridades judiciales penales, de allí que dicha suspensión debe pasar indefectiblemente por el cedazo de los jueces penales, Sin embargo, no se determinó qué Juez Penal conocería de este tipo de solicitudes.

Estos dos impedimentos constituyen por sí solos serios escollos al proyecto de Paz Total, pero no son obstáculos insalvables, pueden ser sorteados, son propios del fatigante trasegar de la búsqueda de paz, solo que afectan al proceso en un punto muy sensible y que debe preocuparle al Presidente: el tiempo que le resta de mandato.

En el desarrollo de su propósito, que puede calificarse como el más importante del Gobierno, el 15 de marzo de 2023 radicó ante el Congreso el proyecto de Ley de sometimiento a la Justicia, que tuvo triste destino. Cuando al final de una legislatura un proyecto no ha recibido aprobación ni siquiera en un primer debate, es archivado y este fue el caso. A la fecha, no hay proyecto presentado, lo que da una idea de lo difícil de la situación. Las negociaciones con los grupos denominados ‘estructuras armadas organizadas de crimen de alto impacto’ están en el limbo. De presentarse otra vez el proyecto de ley, como se espera que suceda, se enfrentará además a la oposición más cruda y si los que quieren hundirla lo logran, el proyecto de Paz Total quedará como simple recuerdo.

Amplio abanico

La diversidad de candidatos que aspiraron inicialmente a concertar la paz con el gobierno fueron ocho; 1. Eln –Ejército de Liberación Nacional; 2. EMC -Estado Mayor Central de las Farc; 3. Segunda Marquetalia; 4. AGC –Autodefensas Gaitanistas de Colombia-Clan del Golfo; 5. Acsn –Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada; 6. Bandas criminales de Medellín; 7. Bandas criminales de Buenaventura; 8. Bandas criminales de Quibdó.

Las negociaciones del Gobierno con los grupos alzados en armas, políticos y no políticos, se ubican en diferentes etapas. De acuerdo con La Silla Vacía se pueden distinguir al respecto las siguientes etapas: 1. Nada concreto. 2. Fase exploratoria. 4. Diálogos sin ruta clara. 4. Diálogos con ruta de ejecución. 5. Acuerdos finales de paz.

Según el mencionado medio, al 28 de enero de 2024 estaban en diálogos con ruta de ejecución sólo el Eln y el EMC; en fase exploratoria la Segunda Marquetalia (1) y las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada (Acsn); en diálogos sin ruta clara las Bandas criminales de Medellín, Buenaventura y de Quibdó, mientras que estaban en nada concreto las Autodefensas Gaitanistas (AGC).

Según datos suministrados por Indepaz al 20 de enero de 2024, acerca del Accionar de los Grupos Armados en el contexto de la Paz Total, tenemos:

“Con el EMC se inició la fase preliminar de los diálogos el 7 de julio del 2023, y con altibajos en medio, el 16 de octubre de 2023 se instaló oficialmente la mesa de negociaciones. El 11 y 12 de diciembre se dio comienzo el 2º ciclo de negociaciones y el 9 de enero al 3º ciclo. El 14 de enero de 2024 se prorrogó por otros 6 meses el cese bilateral al fuego. Es importante decir que actividades de este grupo tales como extorsiones, amenazas, homicidios y otras no se han detenido, se han mantenido durante todo el año 2023 y enero de 2024” (2).

La Mesa de diálogo con el Eln se instaló el 21 de noviembre de 2022. Posteriormente, el 13 de febrero, el 2 de mayo, el 14 de agosto y el 30 de noviembre de 2023 se dio comienzo a cada uno de los subsiguientes cuatro ciclos. El 22 de enero de 2024 se inició el sexto ciclo. El 29 de enero terminado el plazo del primer cese al fuego se plantea su prórroga hasta el 25 de febrero y luego por seis meses más (3). El acuerdo sobre cese bilateral al fuego es un factor que siembra hechos reales y confianza en los territorios, pese a las denuncias entre las partes por su irrespeto en una u otra ocasión y territorio específico.

La negociación entre este grupo insurgente y el Gobierno es el que mayor profundidad ha logrado, lo cual no quiere decir que estén claros sus tiempos y punto de llegada. Algo sobre lo que se pronunció Antonio García, quien es considerado su comandante, en entrevista publicada por el periódico desdeabajo en su edición febrero-marzo 2024:

“El tiempo en política es una de las muchas variables que configuran una realidad de futuro. Pero son más importantes las transformaciones. El avance de la participación de la sociedad en la construcción de las propuestas que harán el cambio. Hoy podría decir que la paz tiene tanto plazo como se demoren las transformaciones que la gente espera”. (4).

Son declaraciones que dejan en claro la complejidad y amplia temporalidad que tomará la negociación con esta guerrilla, algo que hace imposible concretar una firma de paz, como pretende el Presidente, al final del primer semestre de 2025 (5).

Deja abiertas infinidad de inquietudes lo declarado por Antonio García, entre ellas: ¿de qué gente se está hablando?, ¿cómo establecer cuáles son específicamente las transformaciones que espera?, ¿cómo garantizar que puedan realizarse conforme al orden constitucional vigente?, ¿cómo sortear las dificultades planteadas por las resistencias de diversos sectores a esas transformaciones y con qué medios y recursos ponerlas en práctica? Queda claro que resolver estas consideraciones solo es posible en el curso de varios años, ¿aguantará la negociación, que implicará varios gobiernos, un tiempo tan laxo? ¿Encontrará sintonía social una temporalidad de tal naturaleza? En un tiempo así de prolongado, y en un país donde operan diversos grupos armados, ¿qué medidas de control y verificación militar poner en marcha para evitar provocaciones armadas que lleguen a desplegarse sobre territorio donde opera esta agrupación insurgente?

Son realidades de difícil abordaje y resolución, lo que recuerda, una vez más, las dificultades que aún tendrá que sortear el propósito de Paz Total para llegar a buen puerto. Un fenómeno complejo que muestra particulares matices en los procesos instalados con las bandas urbanas, procesos sometidos a la realidad de confrontaciones entre ellas por el control de sus negocios espurios, pero también a la prolongación de las circunstancias de injusticia social que propician que cientos de jóvenes opten por vivir como sicarios, ladrones, estafadores o de cuenta de otros oficios similares.

Se trata de una complejidad innegable, como quedó en evidencia, una vez más, el 21 de febrero anterior, cuando el Eln puso en el congelador el proceso de negociación y llamó a consultas a sus negociadores. El motivo, según su argumentación: el Gobierno violó lo pactado en la Mesa (6).

Dificultades para el buen desarrollo del propósito de Paz Total extendidas a los grupos sin dimensión política, toda vez que no puede decirse que hayan iniciado diálogos formales de negociación, ya que están supeditados a que la Ley de Sometimiento sea expedida por el Congreso.

Así las cosas, los vientos no soplan a favor del Gobierno del Cambio. Los tropiezos aún no resueltos a plenitud para sacar adelante su pretensiosa agenda de reformas, van desgastando con fuerza su capital político, por solo mencionar una causa, y un Presidente en situación de debilidad difícilmente puede negociar con solvencia, lo que favorece la inestabilidad de todas y cada una de las Mesas instaladas, y aleja la posibilidad de instalar unas más.

Este es el panorama general del desarrollo del proyecto de Paz Total del actual gobierno, marcado por una amplia escala de claroscuros, sin rayos que extiendan sus brillos sobre el conjunto social, y cuya principal enseñanza que hasta hoy deja es que la casa no se empieza a construir por el tejado. 

1. El 9 de febrero se conoció un comunicado por medio del cual el Gobierno y este grupo alzado en armadas acuerdan la instalación de una Mesa de negociación y la agenda que la orientará. https://www.radionacional.co/actualidad/paz/proceso-de-paz-entre-gobierno-y-segunda-marquetalia-declaracion

2. El 23 de febrero se conoció que el domingo 3 marzo, en San José de Guaviare, se instale el cuarto ciclo de negociación entre las partes. https://www.infobae.com/colombia/2024/02/23/se-reanudan-los-dialogos-de-paz-entre-el-gobierno-y-las-disidencias-alias-calarca-sera-negociador/

3. El día 26 de febrero se conoció el acuerdo entre las partes para llevar a cabo el séptimo ciclo de negociación, en esta oportunidad en Venezuela, del 8 al 22 de abril. https://efe.com/mundo/2024-02-26/el-eln-y-el-gobierno-de-colombia-descongelan-los-dialogos-de-paz-y-anuncian-nuevo-ciclo-en-venezuela/

4. https://www.desdeabajo.info/rotador-incio/item/la-paz-tiene-tanto-plazo-como-se-demoren-las-transformaciones.html

5. https://www.portafolio.co/economia/gobierno/gustavo-petro-dijo-que-conflicto-con-el-eln-finalizaria-en-mayo-de-2025-584176

6. “Habiendo pactado un proceso nacional […] ahora (el Gobierno) monta un diálogo regional en Nariño por fuera de dicho proceso nacional y desconociendo la Delegación del ELN y la Mesa donde participa la Comunidad Internacional”, actualmente en Cuba, precisaron los rebeldes. “Al hacerse público tal montaje, disfrazado de diálogos regionales, el proceso entra en abierta crisis y nos vemos en la obligación de llamar a consultas a nuestra Delegación” de negociadores, añadieron. https://www.france24.com/es/minuto-a-minuto/20240221-guerrilla-del-eln-congela-di%C3%A1logos-de-paz-con-gobierno-de-colombia

*Abogada

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Información adicional

Retrospectiva general
Autor/a: Piedad Eugenia Uribe Villaquirán*
País: Colombia
Región: Suramérica
Fuente: Le Monde diplomatique, edición Colombia Nº241, marzo 2024
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