Frente al sublevamiento de los pastores peuls, que inflama al centro de Malí desde 2015 y amenaza a toda la subregión, “el Estado anda a tientas”, declara con preocupación Soumeylu Boubèye Maïga, quien dirigió los servicios de información, la diplomacia y el ejército del país, sucesivamente. El enmarañamiento de las crisis en el Sahel, así como la “falta de conocimiento de las dinámicas pastorales” complican, según él, los intentos de contener el incendio. Desde siempre, en todas partes de África, hubo conflictos entre los agricultores y los ganaderos nómades o trashumantes. Los pastores peuls protagonizaron múltiples “disputas debidas al deterioro de los campos, el acceso a las fuentes de agua o el paso de los rebaños”, recuerda el antropólogo Sten Hagberg (1). Pero los enfrentamientos no desbordaban los límites de una localidad ni duraban más de unos días, luego de los cuales cada bando contabilizaba sus muertos.
Ronda África el espectro de una “yihad peul”
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