El trabajo total consta de cinco secciones perfectamente delimitadas y con su propio ritmo, que facilitan el seguimiento detallado de la experiencia. Llama la atención el acercamiento que se hace desde la literatura (la experiencia narrativa que orientó el reconocimiento de los acontecimientos que pautaron las aperturas y clausuras dramáticas de las biografías de los estudiantes fue El muerto, cuento de Jorge Luis Borges). Hace tiempo que la poética no tiene cabida en las aulas, y el manejo del lenguaje que los estudiantes utilizan no pasa de ser el básico para comunicarse. Es por eso que este ejercicio de lectura y escritura tiene un valor específico, y más si se tiene el cuidado de guiar la redacción no solamente en términos de calidad comunicativa sino también en calidad discursiva.
De otro lado, el ejercicio de Gonzalo Arcila constata una vez más la distancia que hay entre los sueños de los jóvenes y las expectativas que la sociedad de hoy les brinda; de una parte, en lo que se refiere a las oportunidades económicas, y, de la otra, en lo que tiene que ver con la estructuración de pénsumes académicos en las universidades, remitiéndonos así al debate sobre la Ley 30.
Finalmente, su propuesta sobre la funcionalidad que debiera tener el examen del Icfes es innovadora y representa un reto para quienes están evaluando la articulación colegio-universidad, así como para quienes defienden que la evaluación se debe remitir únicamente a lo académico.
Julia Pacheco