“Hoy, observando los efectos concretos de estas políticas, cambié de opinión: ahora considero que la calidad de la enseñanza que reciben los niños es más importante que los problemas de gestión, de organización o de evaluación de los establecimientos”. Diana Ravicht, “Por qué cambié de opinión” Le Monde diplomatique edición Colombia N° 94.
Las políticas educativas que rigen el ejercicio docente en la actualidad son diseñadas en una lógica de verticalidad en la cual los que se ven inmersos en las prácticas educativas tienen poca incidencia en su elaboración. Las palabras con las que comienza esta reseña son fragmentos de un artículo en el que Diana Ravicht, ex asistente del Secretario de Estado Lamar Alexander, del gobierno de George H. W. Bush, analiza cómo, en la práctica de estas políticas, el único beneficiado fue la empresa privada, y los sectores marginales fueron y seguirán siendo marginados de los conocimientos que les permitirían tener una movilidad social y económica si se continúa con esta lógica.
Políticas educativas y trabajo docente se presentan como un libro en el cual estas formas de pensar lo educativo toman dimensiones regionales, en que, a partir de una metodología comparativa de las políticas implementadas en dos países del continente, permiten tener una imagen sobre cómo en la aplicación de éstas y en sus marcos de análisis se pierde gran parte del potencial que las prácticas dan cuando son elaboradas por especialistas que no toman en cuenta los contextos y las interacciones que se presentan en su implementación. Investigadores de Brasil y Argentina presentan una mirada alternativa a su implementación, en países que en los últimos años han tomado una postura crítica y participativa de estos modelos educativos.
Se abarcan temas como: regulación del ejercicio docente, sus transformaciones y contradicciones, tendencias nacionales y regionales del gobierno escolar, políticas de integración e internacionalización de la educación superior en el entorno del Mercosur Educativo, incidencia de los entes trasnacionales en la política docente, discursos sobre profesionalización docente y uso instrumental que se hace de estos casos específicos de implementación de estas políticas. En el último apartado se presenta una aproximación al modo como estas políticas construyen identidades e imaginarios de lo que implica la docencia y quienes estamos en esta profesión.
Se trata de un texto que permite abrir el debate sobre lo educativo, no sólo en términos económicos sino asimismo político-sociales y sobre todo culturales; un texto en el cual la mayoría de los maestros veremos recogidas muchas de las inquietudes que nos aquejan en la cotidianidad, que hoy es necesario reconocer y sobre las cuales se debe reflexionar, argumentar y sobre todo proponer vías de salida a la encrucijada de tener una educación que, a pesar de que se considere un derecho, se presenta como un servicio que permite el lucro de unos pocos.
“Restaurar el sentido político de la educación significa dinamizar a partir de la esfera del Estado la discusión e involucrar a los actores, orientando las acciones constantes en camino de una justicia social; realizando una lucha por los sentidos de las prácticas; imprimiendo entusiasmo en el diálogo y mostrando la presencia de un proyecto político, para no presentarles a los privatizadores el argumento de un Estado eficiente” (p. 60).
Edwin Andrés Castillo Barrios